3 años. 4 continentes. 31 países. 33.000 kilómetros. 12 pares de zapatillas.
A pie. En solitario. Sin asistencia. Ininterrumpidamente.
Nacho Dean nos cuenta sus vivencias y sensaciones más personales de este viaje apasionante y salvaje alrededor del mundo, sin duda una lección de superación y de como cumplir un sueño.
¿Cuándo
y porque decidiste llevar a cabo esta aventura?
En verano de 2012 fue cuando tomé la decisión con la
convicción y determinación que requiere una aventura así.
Era un sueño que yo tenía: dar la vuelta al mundo
caminando para mostrar la belleza
del mundo en que vivimos, para explorar los umbrales del ser humano, para
predicar unos valores con el ejemplo, para motivar, inspirar y demostrar que la
vida es hermosa y merece la pena cuidarla.
¿Cómo
fueron los 9 meses de preparativos de esta
gran aventura? ¿Qué era lo que más te preocupaba?
9 meses día y noche dedicados a preparar este reto:
vacunas, embajadas, itinerario, visados, material… Las mayores preocupaciones giraban
en torno a la seguridad y el presupuesto.
Realizar
este viaje era un sueño para ti, pero además, querías transmitir un mensaje al
mundo sobre el cuidado y el respeto a la naturaleza ¿Cómo te has encontrado el
mundo durante estos 3 años?
He recorrido regiones increíbles y otras muy
castigadas por la acción humana. Vivimos en un hermoso planeta que merece la
pena cuidar.
¿Has
notado el cambio climático en algunos lugares de la tierra?
Sí. Hay lugares como Malaysia donde en la época de
lluvias no llueve, no sólo eso, sino que además hay incendios. Zonas donde
había bosques y ahora hay pastos. Valles y ríos secos por la alta demanda de
agua de la minería en Chile. Miles de hectáreas dedicadas al cultivo de árbol
de la goma (para caucho y neumáticos) en Tailandia, acabando con la
biodiversidad local. Regiones Asia central con unos niveles elevadísimos de
contaminación. Las selvas de Indonesia arrasadas por los incendios para plantar
palma de aceite poniendo en peligro de extinción especies como el orangután…
¿Este
viaje es una crítica al materialismo y a la sociedad de consumo en la que
vivimos?
Sí. Este viaje ha sido un retorno a las raíces y la
sencillez, una crítica al consumismo que está explotando el planeta por encima
de sus posibilidades. He estado tres años viviendo con lo que cabe en un carro,
lavando mi ropa a mano, durmiendo en el suelo de una tienda de campaña…una
demostración de que se puede vivir con poco y además feliz.
¿Tu
libro libre y salvaje se podría decir que es un diario de viaje de esos 3 años
recorriendo el mundo?
LIBRE Y SALVAJE recoge la esencia del viaje, una
vuelta al mundo de ahí fuera que ha sido también una vuelta a mi mundo
interior. 3 años caminando alrededor del mundo en contacto con la naturaleza y
los elementos. Es un libro con muchas miradas diferentes: aventuras, con la
épica y las dificultades que entraña recorrer caminando lugares como Australia
o el desierto de Atacama, culturas, naturaleza, supervivencia, fotos, mapas y
fragmentos de mis diarios donde recojo frases, pensamientos y reflexiones
escritas a la luz del frontal en mi tienda de campaña al anochecer. Días
caminando bajo la lluvia, largas jornadas sin comer, asaltos con machetes,
dingos aullando alrededor de mi tienda de campaña…
¿Han
funcionado bien las ventas del libro?
De momento sí, en 3 meses desde que salió a la venta
ya vamos por la tercera edición.
¿Qué
es lo que más te pregunta la gente sobre tu aventura?
Si lo volvería a hacer: la respuesta es “sí, sin
duda”
Tu
idea era recorrer los 5 continentes, pero al final África no pudo ser ¿Cuál fue
el motivo?
Mi objetivo era dar la vuelta al mundo caminando,
que fueran 4 ó 5 continentes era secundario. A lo largo del viaje puse la vida
en juego en varias ocasiones, así que una vez terminado América sentí que el
objetivo estaba conseguido. Un viaje de estas características comienza cuando
sientes que es algo inevitable, la única opción posible y, del mismo modo,
termina cuando sientes que debe ir terminando.
Con
un presupuesto tan ajustado para afrontar una aventura tan larga ¿Que era a lo
que le dabas más vueltas?
Cómo no tenía más apoyo por parte de patrocinadores
y organismos oficiales. He sido el primer español, y la quinta persona en la
historia en dar una vuelta al mundo caminando y ni siquiera he tenido un
patrocinador de zapatillas.
Durante
esta aventura pasaste varios momentos peligrosos, como vivir un atentado e
Bangladesh, un robo en Perú e incluso un cara a cara con un rinoceronte en la
jungla de Nepal ¿Cómo viviste esos momentos?
El atentado terrosista de Bangladesh y el atraco en
Lima con mucha tensión, son situaciones muy violentas de las que no sabes si
vas a salir vivo, tienes una reacción instintiva y la sensación de que estás en
el lugar y el momento equivocados. La vez que estuve frente a un rinoceronte
salvaje en las junglas de Nepal fue diferente, mágico, algo puro y auténtico
conectado a tu lado más animal.
Bangladesh |
¿Qué recuerdos te vienen a la cabeza cuando te mencionan India?
Sólo atravesar la India caminando podrían constituir
un libro o una película. Nada más llegar me causó un fuerte impacto la miseria,
sobre todo tratando de planificar cómo iba a atravesar el país solo y con mis
pies. Encontrar qué comer o un lugar para dormir cada noche son un verdadero
desafío. Y una atmósfera muy densa que va embotando tus sentidos hasta darte la
sensación de que estás en un lugar onírico. Guardo el recuerdo de un país
enigmático del que me fui con la sensación de que debía vivir en él un año para
entender algo.
¿En
qué lugar sentiste la naturaleza en estado puro?
Australia fue la travesía libre y salvaje que yo
esperaba de este viaje. Larguísimas distancias sin poblaciones a través de
desierto sin agua ni comida, varias de las especies más venenosas del mundo de
serpiente y araña están ahí, aborígenes, cielos estrellados, soledad, días sin
ver no hablar con nadie…va aflorando el instinto más primario conectándote a
los pájaros, los ritmos del sol…
Australia |
Durante
el viaje recorriste parajes solitarios e inhóspitos ¿Tuviste alguna experiencia
desconcertante o mística?
Cuando pasas tanto tiempo solo en un lugar como el
desierto de Atacama es normal que la mente desconecte, hablar solo, cantar y
recitar una misma canción una vez tras otra como un mantra, me inventaba
papeles en películas…
¿El
país donde sus gentes fueron más hospitalarias?
Costa Rica, Irán.
¿Cuál
fue el continente más complicado de recorrer?
Cada continente es diferente. Asia es difícil por
los visados, las culturas, los idiomas…Australia por el reto físico tan exigente.
Y América por el alto índice de delincuencia.
Una
persona que te dejó huella durante estos 3 años de viaje:
Te podría hablar de muchas. Mi amigo Simon, un
refugiado de la guerra de Siria que conocí en Armenia y que me abrió las
puertas de su casa como un hermano. Udayan Parmar, un policía hindú de las
castas superiores que me ayudó mucho en mi travesía por India. Olguita, una
curandera indígena shipiba con la que hice un ritual de ayahuasca en Perú…
¿Qué
país te fue más difícil recorrer?
El Salvador, por las maras, bandas criminales que se
extienden por todo el país. Tuve que recorrerlo con escolta de policía,
patrullas armadas que se iban relevando conforme iba revasando las poblaciones.
¿El
momento más feliz durante el viaje?
El día que di mis primeros pasos en el kilómetro 0
de la Puerta del Sol en Madrid, el día que tres años llegaba de nuevo al mismo
punto con 4 continentes, 31 países y 33.000 kilómetros en mis piernas…Y todo lo
que ocurría entre medias.
¿En que se
piensa durante tanto tiempo en soledad?
Pones en orden el mundo, te enfadas, das discursos,
tienes conversaciones con gente imaginaria…
¿En
momentos duros del viaje, cual era tu motivación?
En primer lugar, tengo un compromiso conmigo mismo,
lo que estoy haciendo es mi elección, mi reto. En segundo lugar, saber que lo
que estoy haciendo sirve para algo, tiene una trascendencia. Y en tercer lugar,
el ejemplo de miles de héroes anónimos que hay en el mundo luchando por
sobrevivir en una guerra, por superar una enfermedad, por sacar una familia
adelante…me hacen sentir muy afortunado y que no tengo escusa para dar lo mejor
de mí cada día.
¿Un
país que no te importaría volverlo a recorrer caminando?
Australia.
¿Cómo
fue tu experiencia recorriendo Asia?
Mágica.
¿Y
en América?
Trepidante.
¿Un
país que no conocías y que te impactara?
Todos.
¿Una
comida que hayas aborrecido por culpa de este viaje?
El gallo pinto (arroz con frijoles).
¿Y
una comida que eches de menos que probaste en dicho viaje?
El ceviche, el tajin.
¿Te
costó volver a adaptarte a la rutina y a la sociedad?
Mentalmente estaba donde quería, feliz y satisfecho
por haber cumplido un sueño. Me costó más físicamente, acostumbrado a estar
durante 3 años a la intemperie, pasar a estar 8 horas al día sentado en una
silla frente a un ordenador escribiendo el libro. O marearme al subirme a un
coche. Me aturdían las multitudes, el ruido, la música alta…me había convertido
en una persona silenciosa e interior.
¿Una
sociedad o cultura que no conocías y te sorprendió?
La persa.
¿Cuantas
vacunas te pusiste para afrontar esta aventura?
Por lo menos 6 ó 7, algunas antes de comenzar y
otras en el propio viaje, como cuando me mordió un perro en Honduras y tuve que
ponerme de nuevo la vacuna de la rabia, o la de la fiebre tifoidea en India.
¿La
frontera más complicada de cruzar?
En mi caso, la de Armenia con Irán, donde estuve a
punto de acabar en prisión acusado de espionaje por culpa de unas fotos.
¿Un
recuerdo inolvidable de esos 3 años?
Los cielos estrellado en el desierto de Atacama.
Después
de recorrer 33000 km a pie por los 4 continentes ¿Que lección has aprendido
durante esta gran experiencia?
Que el planeta no es tan grande. Yo lo he recorrido
con mis pies, lo he visto con mis ojos, es un aprendizaje basado en la propia
experiencia, sé lo que cuesta llegar hasta Australia caminando y regresar por
el otro lado del planeta.
Que la mayoría de la humanidad es buena,
independientemente de su cultura, religión o nacionalidad, me han tendido una
mano en todas partes.
Este viaje ha sido una lección de humildad, cuando
compruebas que en países que tienen muy
poco lo comparten todo contigo. El mundo entero vive en lo que aquí llamamos
“crisis”. Y de austeridad, tras vivir 3 años con muy poco, al llegar de nuevo a
tu país aprecias todo mucho más. Que en vez de quejarnos de lo que no nos
gusta, debemos apreciar lo que tenemos y trabajar para mejorarlo.
Que si aprendes a vivir con poco, a ser una persona
desprendida y agradecida, la vida va poniendo en tu camino todo lo que
necesitas.
De lo que somos capaces de lograr cuando nos
proponemos un objetivo y luchamos por él, y que no hay frontera más
infranqueable que la que nos impide creer en algo.
Y
por último¿Cuál será tu próxima aventura? ¿Crees que superara esta experiencia?
Si la vuelta al mundo caminando fue por la Tierra,
la siguiente aventura que estoy preparando va a ser en el mar…
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